
La mayoría de las personas tienen vidas muy rutinarias. Al estar habituados a que no haya imprevistos, todo tiende a ir según lo planeado y creen que tienen el control. Sin embargo, cuando el futuro se vuelve impredecible, suelen sentirse ansiosos y estresados. En una encuesta norteamericana realizada sobre el estrés cuando irrumpió la pandemia del Covid, se reportó que hasta un 81% de los estadounidenses afirmaban que la incertidumbre global era una de sus principales fuentes de estrés. Así mismo, el 65 % dijeron que la naturaleza cambiante de la pandemia del COVID-19 les impedía planificar el futuro. Las investigaciones muestran que las personas reaccionan de manera diferente a la incertidumbre. Aquellos con mayor intolerancia pueden ser menos resistentes y por tanto, más propensos a sufrir depresión y ansiedad.
Aunque no podemos evitar lo inesperado, los siguientes consejos pueden ayudar a enfrentar mejor la incertidumbres de la vida:
1) Sea amable consigo mismo. Recuerde que la situación estresante puede tardar en resolverse y mientras tanto ha de ser tolerante y paciente consigo mismo.
2) Intente reflexionar sobre sus propios éxitos del pasado. Recuerde que ya ha sido capaz de superar eventos estresantes previamente. Confíe en sí mismo; ésta situación pasará y presumiblemente tendrá éxito, como ya lo tuvo anteriormente.
3) Desarrolle nuevas habilidades. Procure ensayar opciones alternativas fuera de su zona de confort cuando la vida esté tranquila. Desde enfrentarte a un jefe difícil hasta probar un nuevo deporte, tomar riesgos ayuda a desarrollar confianza y entrenar habilidades que serán útiles cuando la vida se complique.