
La psicología actual contempla la felicidad como un constructo subjetivo, una fantasía individual qué depende de los deseos y necesidades de cada persona. Está condicionada por cómo se construyó el individuo en la infancia, cuál es su cultura, sus orígenes, sus valores y anhelos. La felicidad es un arduo camino por una escalera infinita que todos tratamos de recorrer, pero la mayoría de las personas desconocen los peldaños que tienen que subir hasta conseguir su objetivo de completar el camino con éxito. En éste artículo analizamos qué es necesario para no sucumbir en el intento o al menos, que es lo más determinante para tener más probabilidades de acercarnos lo más posible al final de la escalera.