
Esta es una versión abreviada del Cuestionario de Resiliencia de Nicholson McBride (NMRQ), que permite valorar el grado de resiliencia de una persona. Resiliencia procede del latín “resilio», que significa «volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar».
El concepto se puso de moda en la psicología de los años 60, para señalar la capacidad para adaptarse a situaciones adversas con resultados positivos. En la actualidad, se utiliza para hacer referencia a la habilidad de una persona para sobreponerse a situaciones traumáticas, como la muerte de un ser querido, un accidente, una enfermedad o una ruptura de pareja, entre otras.
Las personas resilientes no nacen, sino que se hacen en base al afrontamiento de situaciones adversas y no darse por vencidas. Tras sufrir situaciones de intenso fracaso personal, han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los retos de la vida.